Viendo nuestras instalaciones, seria difícil adivinar que se trata una granja avícola si no fuera que podemos ver a los animales correteando por la finca anexa a las instalaciones. No hay ni ruidos ni olores. Cinco ventiladores gigantes distribuyen el aire que circula por toda la nave que garantiza la temperatura y ayuda a evitar infecciones y contaminaciones.

Asimismo, cuatro chimeneas depuran el interior de la nave, permitiendo mantener una temperatura constante de entre 20 y 22 grados centígrados. Existe también un sistema de nebulización que vaporiza agua fría para ajustar esas temperaturas. Los ponederos se abren automáticamente a las 6 de la mañana para la puesta diaria. Tienen una cortinilla a modo de puerta, y la granja está recorrida de norte a sur por una cinta transportadora que elimina los excrementos de los animales.

El sistema informático controla todos los sensores de temperatura, apertura de puertas, recogida de huevos, así como la apertura de las compuertas laterales para que las gallinas puedan salir al exterior donde tienen unas cuantas hectáreas de terreno donde con sus comederos y plantación puedan picotear libremente.

La alimentación complementaria se realiza mediante piensos hechos con una receta a base de cereales puros elaborada por el propietario y bajo la supervisión del asesor veterinario.